Durante décadas, los especialistas en marketing segmentaron las audiencias por generación (boomers, generación X, generación del milenio, generación Z), cada una con sus propias preferencias, plataformas y referencias culturales asumidas. Pero TikTok, Instagram y otras plataformas basadas en algoritmos no siguen esas reglas. No ven audiencias en grupos generacionales. Ven lo que llama tu atención.

Es por eso que una receta nostálgica puede llegar al feed de un estudiante de segundo año de la universidad y de un jubilado la misma tarde. Los algoritmos sacan a la luz lo que resuena. Cuando las marcas adoptan esta postura, abren la puerta a un alcance más amplio, a una narración más rica y a una cultura de marca más inclusiva. Porque un contenido excelente resuena sin importar quién lo esté viendo. Intenta crear contenido basado en temas universales como el humor, la nostalgia y las experiencias humanas compartidas.

Eso es exactamente lo que hicimos con Oster. Necesitaban una estrategia social localizada que pudiera aplicarse en cinco países. Tenía que reflejar el sabor único de cada comunidad y, al mismo tiempo, mantenerse fiel a la personalidad de la marca. Trabajamos codo con codo para que eso sucediera. Aprovechando los momentos del estilo de vida, las tendencias gastronómicas y las voces reales, les ayudamos a conocer a los cocineros caseros más jóvenes del lugar en el que se encuentran y a volver a captar a los seguidores leales que han amado la marca durante décadas. ¿El resultado? Impulsamos más de 159 000 interacciones orgánicas. Más que impresiones. Conexión real.